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martes, 24 de marzo de 2015

Manifestaciòn 016, Algunas fortalezas que disponemos para consolidar una fuerte identidad nacional



2.              NUESTRO MARAVILLOSO SUELO PATRIO Y SU CIRCUNSTANCIA

2.4.        La nuestra coqueta, caliente y productiva región costera

Qué decir de la caliente y coqueta región costanera ecuatoriana, dueña de una variedad de tierras fértiles, caudalosos y generosos ríos; generadora de productos de talla mundial como el café, cacao, banano, camarón y, fino algodón en el pasado. Se han desarrollado en su superficie, hermosos y tradicionales pueblos montubios y modernas ciudades como la radiante y bella “Perla del Pacífico”. Guayaquil, que ve crecer a sus hijos, “madera de guerreros”, y a sus hermosas, sensuales y decididas mujeres, que se constituyen en el factor común y vigoroso, en toda la costa ecuatoriana. Su majestuoso, moderno y extraordinario malecón, que me atrevería a sugerir que se lo denomine con el nombre de: “Malecón Huancavilca” o Malecón “El Astillero de la Perla” o “Malecón de la identidad guayaquileña” o “Malecón de la Perla del Pacífico”, que deleita y engrandece el inquieto y altivo espíritu del guayaco y el de sus dignos visitantes.

Guayaquil nocturno, playas y parajes hermosos de nuestro litoral

Playas calientes y mágicas que son la envidia de los países más turísticos del globo, son inigualables, blancas, suaves, ardientes y provocativas, el paraíso mismo, en cada una de ellas. Atacames, Muisne y toda la provincia verde de Esmeraldas, con el sabor y alegría, jovialidad y picardía de sus negros habitantes.


Playas calientes y mágicas


Las playas de Manta y todo el litoral marítimo de la provincia de Manabí que siempre están llenas de sol y gente laboriosa y atenta. Salinas, Playas de General Villamil y las que se recorren por la “Ruta del Sol” a lo largo de todo el borde marítimo de la gran provincia del Guayas y la de la novel provincia de Santa Elena, brindan al visitante un cuadro multicolor y escenas de atardeceres maravillosos y únicos que, junto a pequeños pueblos de pescadores complementan lo hermoso del paisaje costanero ecuatoriano.
 

Montañita y el pujante y activo puerto de Manta. Su importancia estratégica comercial y turística nos permite mostrarnos al mundo


Parece que para la mayoría de los ecuatorianos, nos cuesta entender y valorar los íconos o símbolos de identidad que poseemos. Uno de esos es el apetecido y codiciado cacao, la llamada “pepa de oro”, fundamental ingrediente del chocolate, alimento y elíxir de los dioses que, en el siglo XIX, permitió a nuestro país ser uno de los mayores exportadores de este excepcional producto y que, en la actualidad, está retomando su antiguo sitial de excelencia, fino aroma y sabor exquisito y de calidad del reconocido internacionalmente “Cacao Arriba” que es el sello de denominación de origen de nuestro cacao a nivel mundial. Realmente, la mayoría de nosotros no hemos conocido la verdadera historia de nuestro cacao y el reconocimiento que en otras latitudes del globo le ofrecen, para orgullo de nuestro país, Ecuador.

Valoremos lo que tenemos, seamos generosos con nuestras tradiciones. Consumamos y defendamos lo nuestro.


Ahora me referiré a nuestro poco considerado y muy explotado banano. Con todo el exquisito y nutritivo banano que se produce en las zonas de El Oro, Los Ríos y en el resto de las provincias costeñas del país, le basta al Ecuador para haber llegado a ser el primer exportador mundial de esta deliciosa fruta tropical. Sin embargo, considero que el ecuatoriano jamás se ha sentido orgulloso de ser un productor mundial de banano, posiblemente porque las autoridades nacionales y seccionales, productores, exportadores, medios de comunicaron, sociedad, todos, se han comportado egoístamente, sin valorar ni reconocer ni difundir lo prodigioso de esta bondadosa tierra y lo muy importante que es y significa, para el progreso y desarrollo del país, el contar con este valioso recurso alimenticio, que aún no se lo ha explotado completamente y no se le ha proporcionado el valor agregado necesario, fruto de la imaginación y voluntad de sus amos y dueños.

A esta noble fruta ecuatoriana no se le ha rendido aún, el merecido tributo y elogio ni el justo agradecimiento por formar parte importante de la vida y del sustento de la familia costeña, por el bienestar y riqueza que produce a los hogares y al país. Por lo que representa para la identidad nacional ecuatoriana. Este fenómeno se produce debido a que el ecuatoriano se comporta, mucha de las veces, en forma indolente, despreocupado, ligero y egoísta con la generosidad que su tierra le prodiga; este comportamiento no sólo es con este magnífico producto vegetal, sino con muchos otros.



Otro gran producto insigne de los ecuatorianos que no lo valoramos en su verdadera dimensión


Bríndesele entonces, un justo y merecido homenaje y sentido reconocimiento a este invalorable “Banano Ecuatoriano”, a través de campañas locales, nacionales e internacionales, a través de composiciones literarias, musicales, pictóricas, mediante estudios e investigaciones sobre productos derivados o elaborados a base de esta apetecida fruta; que no se lo explote únicamente en su estado natural sino que se le debería dar un valor agregado, ser industrializado en mayor magnitud, como lo viene haciendo desde hace algunos años, las Industrias Borja, en la provincia de El Oro y algunas otras industrias ecuatorianas.

No se den por satisfechos nuestros compatriotas orences y machaleños, con aquella pequeña fiesta, casi insignificante, para la aún no comprendida grandiosidad que, esta excepcional fruta, representa para el pueblo de este país; fiesta en la que se elije a la “Reina mundial del Banano”, sin que los ecuatorianos, los productores bananeros de todas las provincias, se sientan orgullosos y totalmente convencidos del magno significado que encierra el gran banano ecuatoriano.

Rica producción bananera del Ecuador

Se debe desplegar un mayor esfuerzo para que esta fiesta, esta celebración, sea una manifestación de alegría, en honor al principal recurso de trabajo y de vida de miles de compatriotas, que sea una verdadera expresión de algarabía, con danzas, canciones, desfiles, carros alegóricos, comparsas, concursos varios sobre la importancia y riqueza del inigualable banano ecuatoriano.

En fin conciudadanos, demostremos ser más bondadosos, desprendidos y agradecidos por lo que recibimos de este generoso manjar natural, que nos permite mantenernos y desarrollarnos dignamente.

Como dejar de referirme a nuestros abundantes frutos del mar y de los manjares y golosinas que la gente, que habita esta tropical zona, sabrosamente prepara con estas especies marinas: los exquisitos ceviches ecuatorianos de camarones, de conchas, de langostinos, el encebollado de pescado, el sango, el encocado esmeraldeño, la casuela de mariscos, la sopa marinera, el biche, el corviche, el camotillo frito y toda una inmensa variedad de sabrosos peces y mariscos. Todos estos y tantas otras delicias culinarias que, acompañados con patacones, chifles, bolones de verde, yuca, sería imposible que, ser humano alguno se niegue a romper su dieta y deleitarse con tan apetitosos y suculentos platos, orgullo gastronómico de la costa ecuatoriana.

Inigualable gastronomía nacional, no valorada en su debido nivel


Como dejar de mencionar al delicioso y exótico cangrejo ecuatoriano, habitante milenario del generoso manglar que, la irresponsabilidad y ambición de ciertas autoridades y sujetos miserables dando rienda suelta a su codicia y voraz apetito de riqueza, han puesto en peligro de extinción a este singular e icónico crustáceo de estas costas, al talar indiscriminadamente y devastar su delicado hábitat, lo que además incide directamente en las actividades de alimentación, laboral, comercio y sustento de humildes habitantes de estas ricas y paradisíacas zonas ecuatoriales, dueñas de una biodiversidad marina admirable. ¡Que se combata denodadamente a estos insensatos depredadores y se salve estos recursos y a la vida misma!



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