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lunes, 26 de enero de 2015

Manifiesto 014: Algunas fortalezas que disponemos para consolidar una fuerte identidad nacional



2.              Nuestro maravilloso suelo patrio y su circunstancia

Los ecuatorianos deberíamos aprender amar más y mejor a nuestro terruño. Desarrollar un amor fundamentado sobre la base de un profundo e íntegro conocimiento acerca de su historia, de su pasado gloriosos y sobre los valiosos y ricos recursos que para la subsistencia y beneficio humano, el Ecuador entraña y brinda generoso a sus hijos. Aprender a descubrir, reconocer y admirar cada rincón, cada pueblo, cada lugar escondido y maravilloso matizado con su rica y copiosa cultura, tradiciones y costumbres ancestrales.






Prodigioso y espléndido país de la mitad del mundo, en América.




 

Deberíamos conocer, sentir, respetar y cuidar nuestro fecundo y prodigioso mar territorial que baña y refresca las cálidas tierras de la costa ecuatoriana, a las mágicas y espléndidas Islas Galápagos. Mar que armoniza cielo y tierra en impresionantes atardeceres que alimentan el espíritu. Estar consientes de la infinidad de recursos ictiológicos, geológicos y minerales diversos que en él existen; recursos que generan riqueza, sustentación familiar, local y nacional.


2.1.        La fascinante serranía ecuatoriana

La fascinante región andina. La sierra ecuatoriana con sus altos y hermosos nevados de eternas nieves que forman la gran “avenida de los volcanes”. Chimborazo, Altar, Ilinizas, Carihuairazo, entre las elevaciones más prominentes.


El Altar y los Ilinizas, muestra de belleza y altivez del paisaje andino ecuatoriano




Los imponentes, rugientes y activos volcanes Tungurahua, Cotopaxi, Antisana, el Cayambe que es el único volcán activo del mundo que se encuentra en los dos hemisferios, se halla ubicado en plena línea equinoccial. Otros volcanes activos como el Sangay, Reventador, Sumaco que invitan a pisar y percibir sus majestuosas y soberbias estructuras geológicas. Bosques tropicales, páramos llenos de flora silvestre y animales esquivos. Serpenteantes, frescos y cristalinos ríos. Profundas y evocadoras quebradas. Fascinantes cascadas. Aguas termales y cristalinas lagunas. Verdes valles llenos de cultivos y pintorescos pueblos habitados por gente humilde, folklórica y laboriosa. Parajes donde se manifiestan la más variada cultura y costumbres de sus alegres habitantes, con sus tradiciones culinarias, religiosas, coloridas y fantasiosas vestimentas que enriquecen y divierten la agitada y dura vida en el campo.


La mama Tungurahua y el Cotopaxi, volcanes que han templado el indomable espíritu de sus habitantes






El Cayambe, único volcán activo del mundo que se encuentra en los dos hemisferios

Las señoriales haciendas con arquitectura medieval, llenas de tradiciones e historia que en la actualidad se han convertido en hermosos lugares turísticos, dignos de ser visitados para disfrutar de su hospedaje, esplendor y calidez.



En esta alargada y hermosa región del Ecuador ubicada en la ruta de los volcanes, dividida en hoyas y provincias, se asientan coloniales pueblos y ciudades hermosas. No se puede dejar de admirar la belleza de la capital ecuatoriana y la hospitalidad de su gente amable, ciudad anclada en las faldas del Pichincha, cuna de los Quitus y de Shyris, calificada como “Luz de América”. Decorada por hermosos y ancestrales edificios, plazas, iglesias y conventos; complementándose su urbanismo moderno y colonial en rincones y lugares acogedores y dignos de ser admirados como la coqueta y singular calle de “La Ronda”, con su inigualable arquitectura del siglo XVI. Sugestivos y románticos restaurantes y cafés, galerías de arte y tiendas de artesanías, atendidas por gente alegre, comedida, dueña de divertidas leyendas populares y de esa exquisita y fina “sal quiteña” que la caracteriza.



Quito, Luz de América. Capital del Reino de Quito


Cuenca, Latacunga, Ambato, Tulcán, Riobamba, Ibarra, Loja, son entre otras hermosas ciudades serranas, con aires y aromas tradicionales y coloniales, localizadas en singulares provincias, cada una, dueña de riquezas naturales, envidiables micro climas, exóticos y cautivantes paisajes, autenticas y añoradas costumbres y una exuberante cultura ancestral. Están alegremente identificadas por los muy particulares, rítmicos y melodiosos dialectos y particular forma de expresión oral de sus joviales habitantes, creadores de exquisitos platos gastronómicos y manjares culinarios, propios de cada una de estas pintorescas zonas. Cuna de brillantes y sobresalientes hijos, que a lo largo de la historia, han sabido destacarse en los diversos campos de las expresiones humanas, intelectuales y artísticas.




Hermosa panorámica del centro colonial de Sangolquí  

El atardecer de la ciudad de Ambato y su activo volcán Tungurahua







Brevísima descripción de la serranía ecuatoriana que permite visualizar y deducir que esta inigualable región patria, brinda paisajes complacientes, hermosos, serenos, llenos de paz y armonía entre el humano y la naturaleza. Todos los ecuatorianos deberían recorrer dichas provincias serranas, disfrutar y apreciar todo lo hermoso y paradisíaco que estas conservan y brindan al visitante.

Sus habitantes tendrían que sentirse muy orgullosos de poseer este tipo de lugares que, en otros países y zonas del mundo no existen. Los ciudadanos andinos o serranos tienen que ser recíprocos con su terruño. Tienen que cuidar este gran patrimonio natural; elogiarlo, difundir constantemente su hermosura, rendirle un diario homenaje por permitirles disfrutar de sus bondades y maravillosos parajes. En fin, sentirse felices y agradecidos de vivir en tan exclusiva región de este planeta.



Las tradiciones, costumbres, folklore, cultura, mitos, leyendas, música y otros elementos serranos, parte fundamental de nuestra identidad nacional