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martes, 24 de marzo de 2015

Manifestación 017, Algunas fortalezas que disponemos para consolidar una fuerte identidad nacional



2.              NUESTRO MARAVILLOSO SUELO PATRIO Y SU CIRCUNSTANCIA

2.5.        La música del alma ecuatoriana

La música ecuatoriana, a veces triste, a veces alegre, otras veces melancólica, calmada, eufórica, con diversos matices, expresada en diferentes tipos y géneros como pasillos, albazos, yaravíes, tonadas, las bombas del Chota, los aires típicos o andinos, cachullapis, la marimba, el sanjuanito y tantos otros que, en esta época, lastimosamente no es muy escuchada por la mayoría de los ecuatorianos; sin embargo, esta es nuestra autentica música nacional.

La música ecuatoriana, a veces triste, a veces alegre, otras veces melancólica, calmada, eufórica, con diversos matices, expresada en diferentes tipos y géneros


Nuestros padres y abuelos vivieron con ella. Sintieron, amaron y lloraron con ella. No se sabe desde cuando inició su extinción, pero lo que si se ve y siente es que fastidia a muchos de los ecuatorianos, especialmente a los más jóvenes, que bajo la influencia de emisoras y canales de televisión quienes, con programas y temas musicales foráneos, que si bien es cierto son muy agradables y gustan mucho a toda la gente; sin embargo, se olvidan totalmente que su misión fundamental, como medios de comunicación social tienen al difundir y promover, prioritaria y permanentemente la singular y variada música nacional, para que el niño, el joven, el adulto sientan, en lo más íntimo de las fibras de su ser, lo grande y significativo de la producción nacional, en lo referente a este género artístico. Descubrir y valorar sus orígenes, sus sentimientos, sus costumbres, es decir la cultura expresada por sus músicos, sus bandas de pueblo y artistas criollos, harán que se mantenga presente el respeto, admiración y afecto por la producción musical y sentimental de sus ancestros.

Las populares y tradicionales bandas de músicos llamadas “bandas de pueblo”, son el reflejo de la alegría, melancolía, entusiasmo y tristeza de nuestra gente, durante los tradicionales festejos en la serranía ecuatoriana. Son la expresión popular de música y cultura con sus bombos, trompetas, saxos y platillos. Constituyen el alma de la fiesta en cualquier recinto o pueblo en que se presentan en las típicas y armoniosas retretas nocturnas en plazas, iglesias y barrios; llevando alegría, tradición y espíritu patrio para la algarabía de los pobladores y vecinos de las comarcas, en fiestas religiosas, cívicas, sociales y deportivas, conjuntamente con la quema de los tradicionales castillos, lanzamiento de globos y voladores. Hermosos y sanos tiempos de diversión de nuestros abuelos. Digna tradición ecuatoriana que está desapareciendo; sin embargo, el municipio de Quito se ha empeñado, en los últimos años, a rescatar este importante elemento de la identidad nacional ecuatoriana. Bien por ello.




Añorados momentos de esparcimiento y diversión con nuestras queridas “bandas de pueblo”


Nuestro popular y recordado Julio Jaramillo.

Tenemos que ser sensibles, generosos y recuperar esta manifestación cultural autóctona, espiritual. Sutil alimento del alma ecuatoriana. Cuanto significan Julio Alfredo Jaramillo Laurido, el popular “J.J.”, “Ruiseñor de América” y muchísimos otros destacados cantantes populares para el actual ciudadano ecuatoriano o es que, la falta de sentimiento y de espíritu convierten, a éste peculiar ser guayaquileño, en el cantante más representativo del Ecuador y reconocido en todo el continente americano. Si no, que se le interrogue a toda una generación que suspiró, se enamoró, lloró y cuantas copas compartió, acompañado por la exquisita voz, sentimental música y sugestivas letras de las inolvidables y apasionas canciones de este notable hijo de Guayaquil, que le cantó al común, trabajador y bohemio hombre ecuatoriano, de igual manera al ciudadano latinoamericano de la época.

Julio Jaramillo, en el alma sentimental de todo ecuatoriano. Nuestro trovador eterno


Personajes como “J.J.” enorgullecen y hacen vibrar el alma no sólo de todo ecuatoriano, sino, de millones de latinoamericanos, especialmente cuando, esté sacrificado y decidido coterráneo, alejado se encuentra de su amado Ecuador en condición de migrante.

La exuberante producción musical de nuestro inolvidable Julio Jaramillo es de aproximadamente 5.000 canciones, para el deleite de los ecuatorianos y Latino América, tal fecundidad artística de tan notorio trovador popular debe llenar nuestro corazón y sentimiento nacional.

Recuérdesele cariñosamente al melancólico y singular Julio Jaramillo y que se mantenga vivo su particular estilo de interpretación y a su inquieto, colorido y contagioso espíritu de enamorado aventurero. Que se difunda copiosamente su producción discográfica y se valore y aproveche en la real magnitud, su incidencia en la identidad nacional ecuatoriana.

Inolvidable ídolo del sentimiento nacional ecuatoriano

Al referirme a la música nacional, considero que esta es una susceptible y motivadora expresión sentimental de nuestros mayores, no me refiero a que se trata de un producto que pertenece al pasado, porque no ha desaparecido aún; es una manifestación del sentir y cotidiano vivir de seres humanos que habitaron y habitan estas comarcas. No hace mucho tiempo atrás, los sobrios habitantes, especialmente los de la serranía, la sintieron como muy propia, se sintieron identificados con su terruño, con sus costumbres, cotidianidad, con sus sentimientos y afectividad de seres andinos; la mayoría pobres, explotados, tristes y melancólicos, alegres y picarescos y, sobre todo: dignos, nobles, trabajadores humildes y sencillos.

Posiblemente los responsables del desarrollo de la cultura y educación, los diferentes medios de comunicación social y los políticos de años pasados, debieron haber sido los garantes para que, no sólo la música, sino toda la cultura de la patria, tengan una existencia vigorosa y digna en el alma de los ciudadanos de este país.

Un llamado fervoroso al Sistema Educativo Nacional, a los medios de comunicación social, para que retomen con mayor fuerza o intensifiquen la educación musical integral del ser humano de este país, con entusiasmo, conciencia cívica y responsabilidad histórica que, de esta manera se unirán los esfuerzos para fortalecer la identidad nacional ecuatoriana, en toda área y manifestación espiritual. Así el ganador será el Ecuador entero. ¡Si se puede!