3.
EXCEPCIONAL TALENTO HUMANO DE LA PATRIA
3.2.
Doña Manuela Cañizares y Álvarez, la heroína de la
Independencia de la Real Audiencia de Quito.
En tiempos de la colonia, cuando el hacer y asuntos
políticos eran cosas exclusivas de los hombres, mientras que las mujeres se
dedicaban a las cuestiones del hogar, al tejido, al bordado, a la costura y
demás menesteres de casa, surgen ciertos espíritus femeninos que sobresalen y resplandecen
para gloria de su género, de su raza, de su Patria.
Otra brillante y notabilísima mujer quiteña que todos
los ecuatorianos debemos reconocer y mantenerla presente por su carácter,
personalidad, valentía y amor a la libertad, se trata de Doña Manuela Cañizares
y Álvarez, decidida heroína de la Independencia de la Real Audiencia de Quito.
Espíritu rebelde y altivo de la Patria que debería ser
emulado por nuestras mujeres de hoy
Mujer inspirada y de espíritu justo, intrépido y
rebelde, infunde valor y anima a los patriotas quiteños para que, en su propia
casa, tomen las heroicas decisiones de desconocer el gobierno español,
detentado por Manuel Urriez (conde Ruiz de Castilla) Presidente de la Real
Audiencia de Quito en aquella época de miseria, infamia e ignominia y,
conformar una Junta Soberana, declarar la independencia de esta noble y rica
tierra americana, sobre la base de las ideas revolucionarias del gran precursor
Eugenio de Santa Cruz y Espejo.
Otro espíritu intrépido y aguerrido, de nombre Manuela
Manuela Cañizares y Álvarez, es la auténtica mujer
quiteña insurrecta, subversiva, sublevada, insurgente e insumisa, que incidió
en el espíritu patriótico de Quito, con toda su rebeldía, coraje, patriotismo y
decisión, en contra de la esclavitud, injusticia, miseria, explotación,
infamia, deshonor, vileza, ruindad; acciones y efectos provocados por los
ambiciosos y usurpadores españoles de aquel momento histórico de la patria, al
estimular decididamente a los patriotas quiteños que, en un determinado
momento, requirieron el apoyo justo y oportuno de uno de los más excelsos
espíritus revolucionarios del Quito insurrecto, sobre todo de un espíritu
cargado de bríos, fe y bravura, el de Manuela Cañizares que, en la madrugada
del día más grande e histórico para el destino de la Presidencia de Quito,
invocó a la estirpe rebelde de los hijos del suelo, para que la decisión de los
líderes de la libertad, fuera la más indicada y acertada, acorde con la
legendaria rebeldía del pueblo quiteño.
Es pertinente recordar a aquellos indómitos héroes y
mártires de la independencia que, junto a Manuela Cañizares, osaron levantarse
en contra de su alteza real, el rey de España e instaurar la Junta Soberana de
Quito, estos son para gloria de la patria: Juan Pío Montúfar (Marques de Selva
Alegre), capitán Juan Salinas, Dr. Juan de Dios Morales, Dr. Manuel Rodríguez
Quiroga, Dr. José Riofrío, comandante Nicolás de la Peña, su esposa Rosa Zárate
y su hijo Antonio, Dr. Pablo Arenas, José Mejía Lequerica, Dr. Antonio Ante,
Antonio Aguirre, el poeta Juan Larrea, el obispo José Cuero y Caicedo, entre
otros quiteños, insurrectos del 10 de agosto de 1809, quienes provocaron una
reacción inmediata en las autoridades españolas de todas partes, que habitaban
en los territorios explotados de la América india.
Siempre será reconfortante para el real espíritu
ciudadano de los ecuatorianos, el recordar su historia y el orgullo de tenerla,
como inspiradora del devenir patrio.