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domingo, 23 de marzo de 2014

Manifestación E002 sobre nuestra Identidad Nacional




Es necesario comprender, conceptualizar, lo más aproximadamente posible, lo que es o lo que se debería entender, por “IDENTIDAD NACIONAL”.

Podríamos remontarnos a épocas pretéritas, al período de la gran y erudita civilización griega, para buscar el significado de lo que es lo idéntico, la igualdad, la identidad de las cosas, de los hombres, de la sociedad, evocando a Parménides, Heráclito, Sócrates, Platón o Aristóteles. Los sabios y pensadores de la Edad Media también se preocuparon con lo relacionado a la identidad de las cosas, de los seres humanos y de los pueblos. Avanzando en el tiempo se llegaría al momento histórico en el que apareció el “Estado Nacional”, el concepto de “Nación”, con ciertos pensadores y filósofos modernos como Thomas Hobbes lo expresa en su libro: Leviatán. Posteriormente nos encontramos, cara a cara, con el actual y complejo momento histórico contemporáneo para reclamar, de acuerdo con la correspondiente dinámica y evolución social de nuestra Nación, la trascendental y esencial  “Identidad Nacional”.

Se podría decir que la identidad es hija y se desprende de la historia del pueblo. Que encierra en su trajinar histórico, movimiento, contradicciones, logros, oposiciones, antagonismos, pues estos constituyen su esencia, su dinamismo y flexibilidad, por lo tanto, la identidad no es estática, pasiva, inmóvil. Es todo lo contrario. Sólo la historia puede mostrar, al ser humano corriente, las tendencias subyacentes, los procesos fundamentales sobre los cuales flota su propia existencia. “Historia magistra vitae”, la Historia, maestra de la vida.

Desde el punto de vista sociológico se podría decir que la identidad de un conglomerado humano determinado, está estrechamente relacionado con el grado de pertenencia, afinidad y respeto entre sus miembros, su circunstancia y fundamentalmente relacionado con su suelo natal, por el fuerte vínculo existente entre el ser y este elemento natural, su espacio terráqueo, con un evidente sentido de conciencia de existencialismo auténtico.

Al referirme al compendio de “identidad nacional”, sería mucho más amplio en función de nación, territorio nacional y dependencia holística, a la existencia de la Patria.

Es necesario tratar y recordar un tema fundamental como el nacionalismo, asunto que está estrechamente relacionado con el Estado-Nación. Situación social que se constituye en una poderosa fuerza en el espíritu de los miembros de toda nación, estableciéndose en extraña fuente de energía, fuerza explosiva que fortalece y agiganta a la sociedad. En determinados momentos esta potente energía se orienta hacia situaciones extremas impredecibles, muchas de ellas ya registradas a lo largo de la historia, otras ocurriendo en estos momentos en varios lugares del planeta y otras, seguirán originándose en el futuro como manifestaciones de sano orgullo o defensa de la propia identidad nacional, sea de una manera positiva o desfavorable, en el ámbito cultural, racial, lingüístico o religioso. Situaciones que han generado, desde terribles y sangrientas guerras y genocidios, hasta manifestaciones de pleno desarrollo y progreso, orientadas hacia el bien común.

El evocar el nacionalismo es para motivar a la sociedad ecuatoriana a suavizar, minimizar el impacto de la penetración de la civilización ecuménica, globalizante y evitar su incidencia negativa en el desarrollo y fortalecimiento de la identidad nacional. Debemos propiciar un nacionalismo maduro, evolucionado, que rescate y proteja lo autentico, lo nuestro, la dignidad nacional. Que irradie una fuerte salud social propia; pero jamás, un falso nacionalismo patriotero e infantil.

El presente análisis sobre identidad nacional, permite abordar este fundamental y vital aspecto social, a fin de vigorizar y concienciar en la sociedad ecuatoriana, la importancia y valor de este sentimiento cívico y patriótico; de un estado de unidad, imprescindible en la fortaleza individual y colectiva de los miembros de este conglomerado y, en el devenir histórico del Ecuador. Atender las dramáticas preguntas de siempre: ¿Quiénes somos? ¿De dónde venimos? ¿A dónde vamos? ¿Qué tenemos? ¿Qué seremos? ¿Qué queremos?

En este fundamental y fascinante tema de la identidad nacional, es pertinente que se recuerde que el término identidad engloba la comprensión, no solo de una identidad, sino de varias, conformadas por el reconocimiento de similitudes y diferencias, como lo expresa la antropóloga ecuatoriana Rosa Elena Yépez, en su libro Identidad y pertenencia “La identidad es precisamente aquello que nos va a permitir, como seres humanos, reconocernos similares a todos los del planeta en nuestra esencia, y diferentes a todo por nuestra individualidad y nuestra cultura, por lo que somos irrepetibles y únicos; en la similitud y la diferencia está nuestra riqueza."[1]

Se pueden reconocer, una identidad objetiva y otra subjetiva, una identidad individual, la grupal y la cultural. Para luego llegar a la Identidad Nacional, a la Identidad Latinoamericana, europea, norteamericana, entre otras.

La Identidad Objetiva se produce cuando cosas, hechos, realidades, objetos o personas son idénticos entre sí, aunque esta propiedad de idéntico no se reconozca o no sea advertida.

Mientras que la Identidad Subjetiva es propia de los seres humanos y hace referencia al reconocimiento de ser idéntico, el identificarse con similares, reconociéndose a sí mismos diferentes de otros.

En la conformación de la Identidad Individual es fundamental el entorno en que se desarrolla el ser humano. La influencia que ejerce este medio ambiente puede producir cambios significativos tanto en las personas individuales como en los grupos sociales. Dichos cambios pueden evidenciar pérdida de identidad formada y estructurada preponderantemente a través de la historia y adquiriendo una nueva; toda vez que, la identidad es fruto de pérdidas y de nuevas adquisiciones.

Como concluye Rosa Elena Yépez: “El ser humano va conformando, a través de la historia, su identidad objetiva y puede reconocer su identidad subjetiva”[2]

En lo relacionado a la Identidad Grupal, esta supone la conciencia compartida de los miembros de una sociedad respecto a la integración y pertenencia a una comunidad específica, así también la diferenciación frente a otro u otros grupos.

“La identidad grupal se conforma cuando enfrento mi grupo a otro u otros grupos, cuando tomo conciencia de que otros grupos en los que quienes los integran piensan de manera diferente, comen otras cosas y preparadas de diferente forma, además de que no necesariamente utilizan los mismos instrumentos que yo utilizo, duermen en tipos de lechos diferentes al mío, viven en casas diferentes, creen en otras cosas; en fin, resuelven sus necesidades de maneras diferentes y en diferentes conformaciones y por distintas relaciones sociales. En este enfrentamiento existe también la posibilidad de que me dé cuenta y reflexione el hecho de que en ese otro grupo utilizan los mismos utensilios o parecidos a los que yo utilizo, que duermen en lechos parecidos o iguales, en fin, puede haber similitudes y diferencias en una gran gama de posibilidades y de combinaciones." [3]

Es la existencia del grupo la que va a permitir a cada uno de sus miembros identificarse, debido a que el individuo interactúa con el grupo al que pertenece.

Conceptualizar la identidad cultural es importante para desembocar en la identidad nacional. Sabemos que la cultura viene consolidándose permanentemente a través de la historia y constituye la herencia social de un pueblo.


Todo pueblo, toda sociedad, toda nación debe contar con símbolos, con ídolos, con héroes, con mitos, con leyendas y sobre todo, con una identidad nacional propia que permita a sus miembros sentirse orgullosos de lo que son y de lo que tienen.

Si miramos con mucha atención nuestro entorno, nuestra realidad nacional, nuestra historia, veremos que existen y tenemos varios factores y elementos por los que podemos y debemos, todos los ecuatorianos, sentirnos muy orgullosos y ufanos.

La belleza de nuestras regiones naturales. Sus altos, activos e imponentes volcanes. Hermosos y majestuosos nevados, en la impresionante “Avenida de los volcanes” de nuestra serranía.

Una selva virgen y misteriosa. Playas calientes y mágicas, Galápagos con todos sus encantos, nuestra exquisita comida criolla, el pasillo y la voz de Julio Jaramillo. Somos productores mundiales de banano, petróleo, flores, cacao y camarón.

Tenemos hombres y mujeres ilustres en todos los géneros de la expresión humana. Deportistas de talla mundial, Manuelita Sáenz, Eugenio Espejo, García Moreno, Pedro V. Maldonado, Eloy Alfaro, Juan Montalvo, Oswaldo Guayasamin, Dolores Cacuango, Tránsito Amaguaña, entre otros que, son dignos paradigmas ecuatorianos.

En sí, es importante reflexionar sobre nuestra identidad nacional, que es el sentimiento social y cívico que todo ciudadano expresa profundamente, por su satisfacción y honra de pertenecer a ese vital y extraordinario grupo denominado nación. Aceptar y valorar su propia realidad nacional. Amar y defender lealmente a su patria y engrandecerla diariamente con un positivo y productivo accionar.

Lea los artículos en Identidad Nacional


[1] Yépez. Rosa Elena. Identidad y pertenencia. Corporación Editora Nacional. Quito. 2006.
[2] Yépez. Rosa Elena. Identidad y pertenencia. Corporación Editora Nacional. Quito. 2006.
[3] Yépez. Rosa Elena. Obcit.

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