2.
NUESTRO
MARAVILLOSO SUELO PATRIO Y SU CIRCUNSTANCIA
2.5.
La música
del alma ecuatoriana
La música ecuatoriana, a veces triste, a veces
alegre, otras veces melancólica, calmada, eufórica, con diversos matices,
expresada en diferentes tipos y géneros como pasillos, albazos, yaravíes,
tonadas, las bombas del Chota, los aires típicos o andinos, cachullapis, la
marimba, el sanjuanito y tantos otros que, en esta época, lastimosamente no es
muy escuchada por la mayoría de los ecuatorianos; sin embargo, esta es nuestra
autentica música nacional.
La música
ecuatoriana, a veces triste, a veces alegre, otras veces melancólica, calmada,
eufórica, con diversos matices, expresada en diferentes tipos y géneros
Nuestros padres y abuelos vivieron con ella.
Sintieron, amaron y lloraron con ella. No se sabe desde cuando inició su
extinción, pero lo que si se ve y siente es que fastidia a muchos de los
ecuatorianos, especialmente a los más jóvenes, que bajo la influencia de
emisoras y canales de televisión quienes, con programas y temas musicales
foráneos, que si bien es cierto son muy agradables y gustan mucho a toda la
gente; sin embargo, se olvidan totalmente que su misión fundamental, como
medios de comunicación social tienen al difundir y promover, prioritaria y
permanentemente la singular y variada música nacional, para que el niño, el
joven, el adulto sientan, en lo más íntimo de las fibras de su ser, lo grande y
significativo de la producción nacional, en lo referente a este género
artístico. Descubrir y valorar sus orígenes, sus sentimientos, sus costumbres,
es decir la cultura expresada por sus músicos, sus bandas de pueblo y artistas
criollos, harán que se mantenga presente el respeto, admiración y afecto por la
producción musical y sentimental de sus ancestros.
Las populares y tradicionales bandas de músicos
llamadas “bandas de pueblo”, son el reflejo de la alegría, melancolía,
entusiasmo y tristeza de nuestra gente, durante los tradicionales festejos en
la serranía ecuatoriana. Son la expresión popular de música y cultura con sus
bombos, trompetas, saxos y platillos. Constituyen el alma de la fiesta en
cualquier recinto o pueblo en que se presentan en las típicas y armoniosas retretas
nocturnas en plazas, iglesias y barrios; llevando alegría, tradición y espíritu
patrio para la algarabía de los pobladores y vecinos de las comarcas, en
fiestas religiosas, cívicas, sociales y deportivas, conjuntamente con la quema
de los tradicionales castillos, lanzamiento de globos y voladores. Hermosos y
sanos tiempos de diversión de nuestros abuelos. Digna tradición ecuatoriana que
está desapareciendo; sin embargo, el municipio de Quito se ha empeñado, en los
últimos años, a rescatar este importante elemento de la identidad nacional
ecuatoriana. Bien por ello.
Añorados
momentos de esparcimiento y diversión con nuestras queridas “bandas de pueblo”
Nuestro popular y recordado Julio Jaramillo.
Tenemos que ser sensibles, generosos y recuperar
esta manifestación cultural autóctona, espiritual. Sutil alimento del alma
ecuatoriana. Cuanto significan Julio Alfredo Jaramillo Laurido, el popular
“J.J.”, “Ruiseñor de América” y muchísimos otros destacados cantantes populares
para el actual ciudadano ecuatoriano o es que, la falta de sentimiento y de
espíritu convierten, a éste peculiar ser guayaquileño, en el cantante más
representativo del Ecuador y reconocido en todo el continente americano. Si no,
que se le interrogue a toda una generación que suspiró, se enamoró, lloró y
cuantas copas compartió, acompañado por la exquisita voz, sentimental música y
sugestivas letras de las inolvidables y apasionas canciones de este notable
hijo de Guayaquil, que le cantó al común, trabajador y bohemio hombre
ecuatoriano, de igual manera al ciudadano latinoamericano de la época.
Julio
Jaramillo, en el alma sentimental de todo ecuatoriano. Nuestro trovador eterno
Personajes como “J.J.” enorgullecen y hacen vibrar
el alma no sólo de todo ecuatoriano, sino, de millones de latinoamericanos,
especialmente cuando, esté sacrificado y decidido coterráneo, alejado se
encuentra de su amado Ecuador en condición de migrante.
La exuberante producción musical de nuestro
inolvidable Julio Jaramillo es de aproximadamente 5.000 canciones, para el deleite
de los ecuatorianos y Latino América, tal fecundidad artística de tan notorio
trovador popular debe llenar nuestro corazón y sentimiento nacional.
Recuérdesele cariñosamente al melancólico y
singular Julio Jaramillo y que se mantenga vivo su particular estilo de
interpretación y a su inquieto, colorido y contagioso espíritu de enamorado
aventurero. Que se difunda copiosamente su producción discográfica y se valore
y aproveche en la real magnitud, su incidencia en la identidad nacional
ecuatoriana.
Inolvidable
ídolo del sentimiento nacional ecuatoriano
Al referirme a la música nacional, considero que
esta es una susceptible y motivadora expresión sentimental de nuestros mayores,
no me refiero a que se trata de un producto que pertenece al pasado, porque no
ha desaparecido aún; es una manifestación del sentir y cotidiano vivir de seres
humanos que habitaron y habitan estas comarcas. No hace mucho tiempo atrás, los
sobrios habitantes, especialmente los de la serranía, la sintieron como muy
propia, se sintieron identificados con su terruño, con sus costumbres,
cotidianidad, con sus sentimientos y afectividad de seres andinos; la mayoría
pobres, explotados, tristes y melancólicos, alegres y picarescos y, sobre todo:
dignos, nobles, trabajadores humildes y sencillos.
Posiblemente los responsables del desarrollo de la
cultura y educación, los diferentes medios de comunicación social y los
políticos de años pasados, debieron haber sido los garantes para que, no sólo
la música, sino toda la cultura de la patria, tengan una existencia vigorosa y
digna en el alma de los ciudadanos de este país.
Un llamado fervoroso al Sistema Educativo Nacional,
a los medios de comunicación social, para que retomen con mayor fuerza o
intensifiquen la educación musical integral del ser humano de este país, con
entusiasmo, conciencia cívica y responsabilidad histórica que, de esta manera
se unirán los esfuerzos para fortalecer la identidad nacional ecuatoriana, en
toda área y manifestación espiritual. Así el ganador será el Ecuador entero.
¡Si se puede!