9.
MANIFESTACIONES
CON REPERCUSIONES NEGATIVAS EN LA IDENTIDAD NACIONAL
9.5.
Importancia
del servicio militar para la patria
Considero que uno de los deberes primigenios para
con la patria es que, todo ciudadano ecuatoriano, en su momento, debería
cumplir con honor y decisión el servicio militar, hoy “Servicio cívico militar
voluntario”. Noble actividad, que brinda al joven la oportunidad, única en su
vida, de que a los 19 años de edad se separe temporalmente de su casa, de su
familia, amigos, barrio, pueblo, entorno y salga a conocer otros lugares de su
amada patria.
Primero
la Patria
Esta provechosa e invalorable separación familiar,
inicialmente muy dura y difícil, permitirá al joven reconocer, percibir y
valorar a sus seres queridos, especialmente a su madre quien con su ternura y
amor de siempre lo recibía cada día en su casa, a su padre que, con la rectitud
del hogar, obligaba al cumplimiento de las normas sociales y familiares que,
tantas veces, pudo incomodaban al joven adolescente. Llegará a valorar en mayor
dimensión a sus amigos, sus vivencias y actividades que se desarrollan en dicha
edad.
Sacrificada,
dura y reconfortante actividad de protección y defensa de la Patria
Aprenderá a apreciar aún más, su entorno y las
comodidades propias de su hogar; incluso las tediosas obligaciones escolares
para que sea un buen profesional en el futuro. Descubrirá que es capaz de hacer
cosas que posiblemente en su hogar no las realizaba nunca.
La disciplina militar, un tanto difícil al inicio,
le impactará gratamente al joven bisoño; el estricto control y restricciones
que experimentará durante el cumplimiento de su deber cívico y patriótico de
ser un soldado de su patria, le incomodarán un poco al principio; mas el joven
ecuatoriano sentirá paulatinamente que, su permanencia con los soldados
profesionales de su país, es mucho más provechosa de lo que la mayoría de
conciudadanos consideran, especialmente aquellos que no han cumplido con esta
obligación sagrada para con su país.
Deber
cívico y patriótico, al servicio de la sociedad
Evidenciará que en ninguna institución de la
república, en ningún colegio ni universidad se guía y ofrece en forma
pragmática, la enseñanza de cómo templar su espíritu, su carácter y capacitarse
para enfrentar la difícil vida actual, con sus problemas y desafíos que
requieren más de una actitud espiritual y de decisión, que de otros recursos,
que le enseña el cuartel militar, que se constituye en el templo de virtudes y
cualidades cívicas y patrióticas de la nación y del amor por la patria.
Este privilegiado joven ecuatoriano, evaluará y
medirá sus capacidades y limitaciones físicas, morales, psíquicas, espirituales
e intelectuales, en el corto tiempo de preparación que transcurrirá en el
recinto militar. Comenzará a comprobar su nivel de resistencia física ante
situaciones adversas y rigurosas, propias de las exigencias de un hombre de
armas e irá forjando, poco a poco, su cuerpo, su carácter, personalidad y
espíritu cívico y patriótico, para terminar con un consciente sentimiento de
amor a su patria.
Su
compromiso siempre será con la Paria
Cuando la mayoría de los padres piensan en la
proximidad de la hora en que su hijo, en edad militar, debe presentarse a
cumplir con el sagrado deber del servicio militar, para retribuir orgulloso y
desprendido a la patria que lo vio nacer, comentan equivocadamente sobre el
tiempo y estudios que “perdería” al acudir al cumplimiento de esta obligación
como buen ciudadano ecuatoriano.
No es que el joven vaya a perder el tiempo ni que
truncaría sus estudios superiores, al contrario, va a aprender y a ganar
muchísimo, desde todo punto de vista de formación integral, pasando de un grado
de inmadurez psicológica, propia de la edad, al de un grado de madurez
emocional más definida y madura, llegando a la fortaleza física e intelectual
que desarrollará durante el transcurso de su periodo de formación militar, para
concluir con un alto grado de conciencia y sentido sobre el amor, respeto y
responsabilidad cívica para con su patria, la sociedad y la familia.
Ofrenda
diaria a la Patria
Este joven ecuatoriano va a complementar en este
periodo de su vida, su formación integral como un ciudadano digno, generoso,
sin temores y sin egoísmos. Aprenderá a caminar durante el día, en la penumbra
y en la noche, con sol, con lluvia, con frío, por las pintorescas geografías de
su patria. Tomará contacto con ciudadanos humildes y más necesitados que
habitan en los lugares más recónditos del territorio nacional, en los que el
joven militar tendrá la oportunidad de servir. Patrullará y vigilará, para
garantizar la paz, la tranquilidad y la seguridad que sus hermanos civiles
requieren, para impulsar el fundamental desarrollo de la nación.
Para aquellos padres que hicieron la conscripción,
siéntanse orgullosos y felices, por la suerte que tendrá su hijo de salir
favorecido para cumplir con tan importante responsabilidad cívica y patriótica.
Y si no recuerden cuando ustedes la cumplieron; cuéntenle, sin tapujos ni
resentimientos sobre los beneficios intangibles que esta experiencia militar
les ha brindado en su vida, hasta el presente, a ustedes respetables padres de
familia.
Quienes no hayan cumplido con este noble y sagrado
deber patrio, no sabe lo que son las exigencias físicas, psíquicas y mentales
extremas, no saben de las largas jornadas de aprendizaje de técnicas y táctica
militares recibidas desde las primeras horas del día, no saben de las guardias
en las noches frías o sofocantes, de las largas y agotadoras marchas bajo la
lluvia o un incandescente sol, que templan el carácter y el cuerpo del
ciudadano.
Las
exigencias extremas en función de la Patria
El varón que no ha pasado por un cuartel del
Ejército ecuatoriano no conoce del fiel cumplimiento del deber militar, forjado
en pistas de entrenamiento para el combate o en los lejanos e inhóspitos
destacamentos ecuatorianos de frontera. No comprende lo que se siente al
disparar las armas de la patria en los “polígonos y pistas de tiro” durante el
sublime entrenamiento para la defensa del honor y dignidad nacional.
Así es como un joven ciudadano consciente y
decidido, continúa amando a su patria grande e inmortal, para saber defenderla
con heroísmo, en una inesperada conflagración bélica o luego de su formación
castrense, desde la trinchera del profesional digno, honrado, noble y
competente. Así de idealista y grande debe ser el joven ecuatoriano que
realmente ama y respeta a su patria.
En un cuartel militar no sólo se prepara al
ciudadano para la guerra, sino también para cumplir misiones de solidaridad,
desarrollo, seguridad ciudadana, mantenimiento de la paz. Para que su formación
como hombres de bien, valerosos y decididos, se vea acrecentada con esta noble
y rigurosa experiencia. Primordialmente se lo prepara en el desarrollo de una
conciencia cívica y de amor patrio, sin temor y egoísmo alguno.
El
soldado no solo es un hombre de guerra
En su Ejército, el joven ecuatoriano, encontrará
siempre una cama para dormir. Desayuno almuerzo y merienda para recuperar las
energías perdidas durante el agotador entrenamiento militar. Prendas de vestir
y uniformes militares para protegerse en las intensas jornadas de preparación.
Y sobre todo, encontrará un soldado profesional amigo, dispuesto a guiarlo por
el sendero de los valores cívicos y patrióticos, que lo transformarán en un
ciudadano integro, respetuoso y muy disciplinado.
Es falso que el maltrato al ciudadano que cumple
con su servicio militar de honor y tributo a la patria, se produzca al interior
de los cuarteles. Si bien es cierto que en décadas pretéritas, las
circunstancias del entrenamiento militar influenciado por constantes amenazas
de guerra y riesgos bélicos, motivaron a los instructores de esos tiempos a recurrir
a la exigencia física exagerada, que rayaba en maltrato intencionado para,
dizque, fortalecer a los combatientes y prepararlos para los horrores y rigores
de la guerra, mas son cosas del pasado.
Su férrea
formación lo hace muy humano
La vida militar es totalmente desconocida para la
mayoría de los ecuatorianos; sin embargo, padres ecuatorianos, motiven a sus
hijos y fomenten su deseo de aprender a conocer, amar, sentir, defender y
respetar todo lo que se considera patria. Promuevan a que cumplan con su deber
cívico del servicio militar para con su Ecuador. El evitar e interrumpir el
cumplimiento de esta honorable y viril responsabilidad patriótica, provocará a
que se continúe por el mismo camino del desinterés, apatía y debilidad cívica.
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